sábado, 1 de octubre de 2011

Para ti MIguel

Nunca pensé en escribirte una carta y menos en las circunstancias actuales. Si ya se me hubiera hecho difícil hacerlo cuando estabas entre nosotros, más complicado lo veo ahora después de tu inesperado y sentido fallecimiento. Pero la realidad es que al marcharte tan inesperadamente me quedaron muchas cosas por decirte y no quiero dejar pasar la ocasión de despedirme de un gran compañero y padre de mi mejor amigo. Recuerdo los días que nos llevabas a Juan y a mi de pesca a aquel pueblecito de la costa brava llamado Cadaqués. Cómo pasábamos las horas sentados en las rocas observando el mar y escuchando las aventuras que nos explicabas con tanto entusiasmo y que nos ayudaban a pasar gratamente las horas, los días que los peces se proponían fastidiarnos la jornada. Parecerá extraño, pero a veces nos marchábamos sin haber pescado nada pero contentos igualmente por haber podido gozar de tus relatos y consejos y esperando poder volver cuanto antes para repetir la experiencia. Y que decir de tu sentido del humor, sin duda para mi, tu mejor virtud, siempre tenias una palabra alegre y una sonrisa aunque la situación fuera complicada, cosa que hacia disminuir la importancia de los problemas y nos relajaba a todos, sin duda, este don, seguro lo llevas todavía dentro. Podría decirte muchas mas cosas, y pasarme horas hablando de ti, pero quiero que sepas que lo mas importante para mi  es que siempre estarás en mi pensamiento, y haga lo que haga nunca te olvidaré. 

Hasta siempre Miguel... 

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