domingo, 20 de mayo de 2012


Barcelona, 15 agosto de 2012

Querido padre:

Te escribo estas lineas para decirte que te hecho mucho de menos y aunque solo hace dos meses que me marché del pueblo, las horas se me hacen eternas al no estar a tu lado. Ya sé que la vida tiene que seguir su curso y que lo primero es mi educación y que no hubiera podido cursar mis estudios quedándome en casa pero esto es duro, y me va a costar mucho tiempo adaptarme. Por aquí, todo marcha bien, tengo dos buenos compañeros de piso que me ayudan mucho en todo, uno se llama Juán, y el otro, casualidades de la vida, Pablo, como tú. La universidad es lo que me esperaba y había visto por televisión en las películas: “aquí, todo el mundo va por su cuenta” y para un chico de pueblo como yo, acostumbrado al contacto con las personas, es duro, pero ya me acostumbraré pues tengo claro que cuando vuelva al pueblo será para abrir mi despacho de abogado y esto querrá decir que he triunfado en la ciudad condal. Si te cuento todo esto es para decirte solamente que te añoro, pero que estoy bien. Cuidate mucho y sobretodo no olvides tomar tus medicamentos, pues cuando vuelva quiero encontrarte en plena forma.

Contéstame pronto por favor.

¡Tu hijo que te quiere!

José                                                                

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